"Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando
vengas en tu reino. 43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás
conmigo en el paraíso"
La Mayoría de las Religiones, sin importar la
deidad a que se sometan, argumentan la aceptación de sus obras como redención para
alcanzar los beneficios que su deidad les ofrece, mientras que el Dios Bíblico
ofrece una postura totalmente diferente. A pesar de los distintos puntos de
vista, como el pasaje de Lucas 23:43-44 deja un claro ejemplo y una clara interpretación
de la Justificación del hombre ante este Dios que se declara Creador y manda su hijo para que Creamos.
¿Por
qué el Pasaje Lucas 23:43-44?
El
propósito de exponer esta pequeña tesis mediante este pasaje, es para no dejar
lugar a especulación, pues muchos interpretan de manera arbitraria los
argumentos del apóstol Pablo y de Santiago (Catolicismo Romano y otras denominaciones
Cristianas), es por eso que no expondré las tesis de Pablo y de Santiago, sino
que mediante los últimos momentos, con un ejemplo vivo durante la crucifixión del
hijo de Dios, demostraremos la tesis que sostenemos, mediante argumentos sencillos, sin valernos mucho de
otros pasajes bíblicos.
Las Obras de los Ladrones.
Estos
ladrones estaban condenados Justamente, por lo que suponemos que sus obras eran
malas, eran ladrones, fueron juzgados y hallados culpables. Pero no faltará uno
que sostenga que el Ladrón que se le prometió salvación, mediante la promesa de
Jesús, era bueno de corazón, para lo que tenemos una respuesta sencilla;
“Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos
lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo.”
Lucas 23:41.
Aquí
el ladrón reconoce su situación de culpabilidad, el no se considera bueno y
tampoco a sus obras; aquí el Ladrón Justificado luego por el señor, se reconoce
a sí mismo como injusto, por lo que concluimos que este ladrón no tenía obras
buenas para merecer estar en reino con el señor, es más, el mismo sabia y confesó
que no era así. ¿Cómo es entonces que Cristo le promete salvación a alguien que
no lo merece?
Salvado Por la Fe, Sin Obra que lo
Justifique.
Lo
único que tuvo que hacer el ladrón para que Cristo lo aceptara en su reino fue
decir “Acuérdate de mí cuando vengas
en tu reino”, o sea una petición basada en la Fe, no hubo Obra redentora
de parte de él. Esto a su vez prueba que la doctrina correcta de la Justificación
por la “Fe sola” en el señor Jesucristo es la válida, pues ¿Cuál obra hizo el ladrón?
. Puede que alguien diga que esto es una excepción, pues ¿qué me dicen de
Abraham? “Y Abram creyó en el SEÑOR, y El se lo
reconoció por justicia.” (Génesis 15:6).
La
Fe es Justicia ante Dios, ya que Jesús regaló a este ladrón parte en su reino
sin este no hacer nada más que creer. Lo que hace que la redención solo dependa
de la Fe y de la Misericordia de Dios, creemos y Dios da. Por lo que aquí daré
los argumentos finales sobre la redención:
1- El
hombre debe reconocer su condición de transgresor y de rebelde ante Dios como
lo hizo el Ladrón “recibimos lo que
merecieron nuestros hechos”. El impío reconoce su condición de culpable,
de hecho todos lo somos, no hay obra alguna que pueda hacernos merecedores del
cielo, pues nuestros pecados son inmensos ante la pequeñez de que cualquier
obra que podamos hacer.
2- El
hombre debe creer a Cristo como lo hizo el ladrón que a pesar de ver a Cristo crucificado
puso su confianza en que este era hijo de Dios y le pidió que se acordara de él
en su reino.
3- Dios
es quien Justifica al impío, pues si no necesitamos hacer más que creer en
Cristo, tal y como hizo el ladrón, Cristo mismo fue quien lo justifico mediante
su muerte en la Cruz, como cordero redentor.
4- Las
obras son el fruto de la Fe y del nuevo nacimiento, por eso las obras de la
Ley, no fueron sustituidos con las obras del espíritu, sino con el fruto del espíritu.
Ing. Jose M. de la Cruz
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