“Por
tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la
muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto
todos pecaron”
(Romanos 5:12)
La ley moral o ley de la conciencia es una
herramienta de fábrica con la que nacemos los seres humanos, esta es un regalo
de Dios. La moral está ahí indicando sensaciones de desaprobación cuando es violada, lo que nos indica que lo que estamos haciendo no está bien. El 80%
de los casos, siendo optimistas, no hacemos caso a esta ley que Dios puso en la
humanidad.
Pero la ley moral no es todo lo que hay en nosotros,
también hay una “inclinación al pecado” la cual proviene del virus que adquirió
Adán por desobedecer a Dios. Así como se hereda el color de ojos, el tono de la
piel y algunas aptitudes de nuestros progenitores, la inclinación a pecar viene
incluida en el paquete. Nuestro código genético viene con un algoritmo
destructivo que cuando se activa te dice; no hay Dios, Dios es tu enemigo, no
tienes porque obedecerlo, no necesitas ningún Dios, haz tu propia voluntad,
necesitas un Dios a tu semejanza o a semejanza de aquello….
Adán, el primer infectado con la enfermedad que
padece la humanidad desde sus inicios, el pecado, fue partícipe de la peor
tragedia de la humanidad. Este mal no es el resultado de “Comer una fruta” como
muchos lo simplifican, es la desobediencia al creador, es llevar la contraria
al ser más poderoso, es desafiar la autoridad del ser de más alto rango en el
cosmos, es cuestionar la sabiduría del dueño de la sabiduría, es dudar del amor
del ser que es el amor en sí mismo.
De manera que todos nosotros estamos infectados,
pues no hay duda que si Adán fue el primero, también es la raíz de nuestro árbol
genealógico. Raíz, a través de la cual obtenemos los nutrientes que nos hacen crecer y al mismo
tiempo las bacterias toxicas que llevarán a la muerte a las ramas.
Amigo, el pecado está en ti, quizás lo ignoras, lo
niegas, lo escondes o en el peor de los casos, estas a gusto con él. Si insistes
en negarlo trata de desnudar tus deseos por un momento; ¿Nunca has deseado el
mal alguien? ¿Nunca has deseado o practicado la mentira? ¿Nunca has deseado la
pareja de alguien? ¿Nunca has pensado o practicado el engaño?...........
Pero tranquilo que Dios como médico todopoderoso
encontró la cura antes de la fundación del mundo y la puso en el mercado
gratis. Para que tanto los pobres como los ricos puedan obtenerla. ¡Ven ahora! Tomate
una cucharada de Fe en el señor y serás curado, o si prefieres un inyección de
su gracia para que su sangre te limpie enteramente del pecado.
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